En años recientes, la ética de las acciones realizadas por ciertas empresas ha captado
una mayor atención de los medios de comunicación. Como ejemplos están la empresa
fabricante de aviones Boeing Co., que recibió miles de millones de dólares en contratos
con el Pentágono como resultado de sus acuerdos dudosos con una funcionaria
de adquisiciones de la Fuerza Aérea, quien más tarde se convirtió en vicepresidenta de
Boeing y que, en 2004, fue sentenciada a nueve meses de prisión por sus acciones; la
empresa de auditoría KPMG, que en 2004 acordó pagar 115 millones de dólares, uno
de los acuerdos más grandes nunca antes pagado por una empresa de auditoría, para
resolver una demanda interpuesta por accionistas que argumentaban que la empresa
cometió errores en su trabajo de auditoría para Lernout & Hauspie Speech Products
NV, una empresa belga, ahora desaparecida, fabricante de software de reconocimiento
de voz; el acuerdo al que llegaron, a finales de 2002, diez importantes empresas de
Wall Street para pagar 1,400 millones de dólares por las acusaciones de reguladores
estatales y federales de que estas empresas proporcionaron asesoría bursátil engañosa
a inversionistas, en beneficio de sus clientes corporativos de la banca de inversión; un
acuerdo que aceptó la empresa de servicios financieros American Express Co., a principios
de 2002 para pagar 31 millones de dólares por una demanda por discriminación sexual y por edad interpuesta en favor de más de 4,000 mujeres, quienes argumentaron
que se les negaron pagos y promociones equitativas; y los altos directivos
de la empresa energética Enron Corp., que indicaron a empleados accionistas a mediados
de 2001 que el precio de las acciones de la empresa, en ese entonces depreciado,
se recuperaría pronto, al mismo tiempo que vendían sus propias acciones y, no mucho
tiempo después, llevaban la empresa a la quiebra.
Evidentemente, éstas y otras acciones similares han planteado la cuestión de la
ética, es decir, normas de conducta o juicio moral. En la actualidad, la comunidad empresarial
en general y la comunidad financiera en particular desarrollan y vigilan el
cumplimiento de las normas éticas. La meta de estas normas éticas es motivar a los
participantes empresariales y de mercado a apegarse tanto a la letra como al espíritu
de las leyes y regulaciones relacionadas con la práctica empresarial y profesional. La
mayoría de los líderes empresariales creen que las empresas realmente fortalecen sus
posiciones competitivas al mantener altos estándares éticos.
ÉTICA
Normas de conducta o juicio
moral.
Consideración de la ética
Robert A. Cooke, un estudioso de la ética, sugiere usar las siguientes preguntas para
evaluar la viabilidad ética de una acción propuesta.2
1. ¿La acción es arbitraria o caprichosa? ¿Señala injustamente a un individuo o grupo?
2. ¿Viola la acción los derechos legales o morales de algún individuo o grupo?
3. ¿La acción se apega a las normas morales aceptadas?
4. ¿Existen cursos de acción alternos que ocasionen menos daño real o potencial?
Obviamente, considerar estas preguntas antes de llevar a cabo una acción ayuda a garantizar
la viabilidad ética de ésta.
En la actualidad, un número cada vez mayor de empresas abordan el asunto de la
ética mediante el establecimiento de políticas éticas corporativas y la exigencia a los
empleados de apegarse a ellas. Un estímulo importante hacia el desarrollo de políticas
éticas corporativas es la Ley Sarbanes-Oxley de 2002 descrita con anterioridad. Con
frecuencia, se pide a los empleados que firmen un documento formal en el que se
comprometen a apoyar las políticas éticas de la empresa. Estas políticas se aplican comúnmente
a las acciones de los empleados que tratan con todas las partes interesadas
corporativas, incluyendo al público. Muchas empresas también requieren que los empleados
participen en seminarios y programas de capacitación en ética. Para facilitar
la comprensión de los dilemas y asuntos éticos que a veces enfrenta el administrador
financiero, muchos de los capítulos de este libro presentan la sección En la práctica,
que aborda aspectos éticos.
Ética y precio de las acciones
Se cree que un programa eficaz de ética aumenta el valor corporativo. Un programa
de ética produce varios beneficios positivos. Reduce los litigios potenciales y los costos
legales; mantiene una imagen corporativa positiva; estimula la confianza de los accionistas
y gana la lealtad, el compromiso y el respeto de las partes interesadas de la
empresa. Estas acciones, al mantener y mejorar el flujo de efectivo y reducir el riesgo
percibido, afectan positivamente el precio de las acciones de la empresa. Por lo tanto,
el comportamiento ético es considerado necesario para lograr la meta de la empresa
de incrementar al máximo la riqueza de los propietarios.
El asunto de agencia
Hemos visto que la meta del administrador financiero debe ser incrementar al máximo
la riqueza de los propietarios de la empresa. Así, los administradores son considerados
representantes de los propietarios que los contrataron y les delegaron autoridad
en la toma de decisiones para dirigir la empresa. Técnicamente, cualquier administrador
que posee menos de 100 por ciento de la empresa es en cierto grado un representante
de los demás propietarios. Esta separación de propietarios y administradores se muestra
mediante la línea horizontal punteada de la figura 1.1 en la página 6.
En teoría, la mayoría de los administradores financieros estarían de acuerdo con
la meta de incrementar al máximo la riqueza de los propietarios. Sin embargo, en la
práctica, los administradores también se interesan en su riqueza personal, seguridad
laboral y prestaciones adicionales. Estos intereses pueden hacer que los administradores
se nieguen o no estén dispuestos a correr más que un riesgo moderado si perciben
que correr un riesgo demasiado alto podría comprometer sus puestos o reducir su riqueza
personal. El resultado es un rendimiento menor que el máximo y una pérdida
potencial de riqueza para los propietarios.
El problema de agencia
De este conflicto entre las metas de los propietarios y las metas personales surge lo
que se ha denominado el problema de agencia, es decir, la posibilidad de que los administradores
antepongan sus metas personales a las corporativas. Dos factores (las
fuerzas del mercado y los costos de agencia) sirven para evitar o disminuir los problemas
de agencia.
Fuerzas del mercado Una fuerza del mercado son los principales accionistas, sobre
todo los grandes inversionistas institucionales, como las empresas de seguros de
vida, los fondos de inversión y los fondos de pensiones. Estos tenedores de grandes
bloques de acciones de una empresa ejercen presión sobre la administración para que
ésta cumpla con sus obligaciones, comunicando sus inquietudes a la junta directiva de
la empresa. Con frecuencia, amenazan con ejercer sus derechos de voto o liquidar sus
inversiones si la junta directiva no responde de manera positiva a sus inquietudes.
Otra fuerza del mercado es la amenaza de una toma de control por otra empresa
que cree poder mejorar el valor de la empresa meta, mediante la estructuración de su
administración, operaciones y financiamiento. La amenaza constante de una toma de
control motiva a la administración a actuar en favor de los mejores intereses de los
propietarios de la empresa.
Costos de agencia Para reducir los problemas de agencia y contribuir a incrementar
al máximo la riqueza de los propietarios, los accionistas incurren en costos de
agencia. Estos son los costos que se requieren para mantener una estructura de gobierno
corporativo que supervise el comportamiento de la administración, impida los
actos deshonestos de la administración y proporcione a los administradores el incentivo
financiero para incrementar al máximo el precio de las acciones.
El método más popular, poderoso y costoso, consiste en estructurar la compensación
de la administración de tal manera que concuerde con el incremento al máximo
del precio de las acciones. El objetivo es proporcionar incentivos a los administradores
para que actúen en favor de los intereses de los propietarios. Además, los paquetes
de compensación resultantes permiten a la empresa competir por los mejores administradores
disponibles y contratarlos. Los dos tipos más importantes de planes de compensación
son los planes de incentivos y los planes de rendimiento.
Los planes de incentivos vinculan la compensación de la administración al precio
de las acciones. El plan de incentivos más popular es la concesión de opciones de suscripción
de acciones a la administración. Estas opciones permiten a los administradores
comprar acciones al precio de mercado establecido en el momento de la concesión.
Si el precio de las acciones sube, los administradores serán recompensados al poder
revender las acciones a un precio de mercado más alto.
Nota
Una corredora de
bolsa enfrenta el mismo
problema. Si logra que usted
compre y venda más acciones, es
bueno para ella, pero puede no
serlo para usted.
problema de agencia
Posibilidad de que los
administradores antepongan
sus metas personales a las
corporativas.
costos de agencia
Costos que asumen los
accionistas para mantener una
estructura de gobierno que
disminuya los problemas de
agencia y contribuya a
incrementar al máximo la
riqueza de los propietarios.
planes de incentivos
Planes de compensación
administrativa que vinculan la
compensación de la
administración al precio de las
acciones; el plan de incentivos
más popular implica la
concesión de opciones de
suscripción de acciones.
opciones de suscripción de
acciones
Incentivo que permite a los
administradores comprar
acciones al precio de mercado
establecido en el momento de
la concesión.
planes de rendimiento
Planes que relacionan la
compensación de la
administración con medidas
como EPS, crecimiento de EPS y
otras medidas de rendimiento.
Las acciones de rendimiento o
los bonos en efectivo se usan
como compensación en estos
planes.
acciones de rendimiento
Acciones que se otorgan a la
administración por cumplir con
las metas de rendimiento
establecidas.
bonos en efectivo
Efectivo que se paga a la
administración para lograr
ciertas metas de rendimiento.
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